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LA BATALLA POR EL EDÉN: DECIMO OCTAVO LAMADO

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EL ALMA Y SU HABITANTE. Las almas sonaban a viento roto y conocían el frescor de la dulzura y los vientos eran su pulso que estallaba y un jarro sin agua buscaba corazones ¿Qué somos? en el canto de la piel debajo de la voz ¿qué somos? Solo vida que regresa. Parte que come. Parte que cava. Un espacio para revelaciones. Y si muere pronto mi cuerpo es porque así viajó el amor dentro de mi ser tan rápido egoísta irrepetible desconocido por casi todos. No desde ella quien apaga el sol para que pueda dormir en cada pena. Porque nos tuvimos navegamos ¿eso es memoria? ¿me querría siendo otro para que tan vivo estuviese? ¿nunca me junté a sus amores? Quiero que te recibas en mí amor.

LA BATALLA POR EL EDÉN: DÉCIMO SÉPTIMO LLAMADO

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POEMA A ISAAC LURIA Su alma plantaba un espacio de luz dentro de la luz. Algo cantó desde el punto donde se formaba el silencio. Ya no había más que un adentro. La paz estaba llena de formas y miradas. El tiempo salió de su palacio de papel. En aquél lugar apenas se nombraba al agua. El peso de la muerte era una balanza. El amor cosía corazones con suavidad. Y los años dejaron de ser lágrimas. Y las lágrimas por fin notaron el sonido de su voz. Y el verbo era como una niña trotando en un espacio vacío. Y el aire se eternizó. Y el alma se escindió en dos noches iguales.

LA BATALLA POR EL EDÉN: DÉCIMO SEXTO LLAMADO

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Hay hilos en la mirada de mi corazón un agujero donde vivía mi ángel se llenó de espejos ella canta el adiós y siento que mi luz es lila inmovilidad las cosas que me llueven sobre el alma ¿también están enamoradas? conocí a una mujer perdido entre agua y niebla sentí sus alas cuando cerraba los ojos y de sus palabras salían flores a veces despiertas a veces enojadas su corazón lentamente  me dejó de amar mientras yo dormía no se si yo me iré alguna vez tal vez tal vez mi pequeña viajera recuerde mis visitas a su cuerpo caliente tan visitado tan enlazado a fuego y dolido ingenuo silencioso el viento me traerá las respuestas.

LA BATALLA POR EL EDÉN: DÉCIMO QUINTO LLAMADO

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En los brazos raídos de la vida las esperanzas miran su carne no se inquieta la luna la música enrojece su superficie una vibración de luz  se cierra sobre los extramuros de un cordón de agua la humedad flota a borbotones de tibieza cae su fruta desde un grito el aire es de plata desde el viento la oscuridad camina  madura con sus labios blancos una flor piensa en mi rostro un mosquito alza su cabeza al cielo  busca amor Dios se esconde en un farol amarillo pasa un sonido de plomo fundido mi cuerpo está lejos  en la mirada de un roze es tan tersa una lágrima si se amplía tan secreta es la alegría perdida un beso puede ser un entreacto ya hay figuras grises en el silencio y almas en la música y se visten de agua hoy el firmamento es una niña abierta sin lugar de amor.

LA BATALLA POR EL EDÉN: DÉCIMO CUARTO LLAMADO

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He de volver a mis huesos para comprender mi voz es que nada es cierto en mi vida siempre silencio el sueño es oro me obstina esa voz de ella me mora y me delata yo lo atestiguo en todo mi cuerpo es un jardín en ruinas dicen que el alma importa ¿otorgada por quién ? y su cuerpo vivído es lo que quiero y deseo si pudiera tan solo tocarle el aliento quién vive en ese reino que me hace doler ella me habla desde una respiración que no siento ni escucho ¿ y si no me amase ya ? es tan oscuro tan en silencio todo el silencio no rima con nada así que me haré una choza con él.

LA BATALLA POR EL EDÉN: DECIMOTERCÉR LLAMADO

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La fácil desnudez de sus labios vaginales eran mi arroyo la luna se recostaba sobre ellos lugar de combate oculto ese orgasmo espacio tibio sin opiniones cuerpo elemental entre preocupaciones mudas orquesta bajo el rocío del monte de venus clítoris flor misteriosa que asoma entre hojas paredes mojadas que son un muro de secretos aquí conmigo está su aliento ola tras ola y siempre y su voz aletea y me habla en su despida de espuma y es la sed de mi silencio te llevo al cielo amarrada en mi lecho pero ya me rompo  mucho antes...

LA BATALLA POR EL EDÉN: DUODÉCIMO LLAMADO

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No quiero vivir nada más que hasta el fondo la noche se hunde y no se ha sentido todo hay un salto en mi alma desde su primera caída cuando ningún hombre era visible se tomó mi vida de manera tan extraña mi ego es su viento que hoy toca todas sus sombras y me tumbo en su hierba y ella pone colores en silencio sobre mi memoria está muerta la estación de mi cuerpo mis lobos me dejaron gris y enfermo digo cerca digo lejos y ya nada vendrá no entiendo mi volver a entender solo siento  lo que más temía mis reflejos son emblemas que se abrigan como pequeños pájaros y no entienden nada.