LA BATALLA POR EL EDÉN: VIGÉSIMO LLAMADO
Hay en los ojos de su amor
vientos que se contornean
son miradas brutales
que marcan sus huellas
es el oro
que arde en sus ojos
en ellos hay piel recorrida
y me traspasan cada vez que yo la miro
son soles helados
brillan a lo lejos
con sus pupilas
y sus callejones precisos
son luces terrestres que cayeron con ella desde el cielo
el sol
ahora
maúlla
y su brisa suena en mis sentidos
su alma corre por no sé donde
todas las hojas se mueven
es su vida que me saluda
que late en mi interior trizado por el alcohol
vaya vida autónoma
pero tan innata
entonces me coagulo
y me coloreo para ella.
una belleza, Enrique... doliente, profunda, intensa.
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